jueves, 16 de julio de 2009

IMPORTAN "LAS PERSONAS"

Las empresas y demás organizaciones, sean públicas o privadas, están compuestas por una serie de recursos que se deben gestionar de la manera más adecuada. De todos ellos, podemos afirmar, con rotundidad, que los más fundamentales, son los recursos humanos: las personas. De esta manera, las empresas son, evidentemente, las personas que las componen, que trabajan y coordinan sus esfuerzos por un objetivo común.


Así como el Departamento de Producción, en el caso de una empresa de fabricación, se debe preocupar por la elaboración correcta del producto final, el Departamento de Recursos Humanos tiene la obligación de mantener a los empleados en el máximo estado de motivación y entusiasmo en el desarrollo de sus distintos puestos de trabajo.


Esto, que no es fácil, pero que tampoco es imposible, es una máxima: conseguir que los empleados y los directivos vivan su jornada laboral con el mayor grado de satisfacción y felicidad posibles, para, como consecuencia, rentabilizar mejor su tiempo, esfuerzo, ilusión y dedicación. Conseguiremos, por lo tanto, cumplir los objetivos empresariales, pero, sobre todo, de una forma excepcionalmente plena en todos los sentidos.


Para ello se hace imprescindible no solo dominar nuestro conocimiento, nuestra inteligencia, sino también, nuestras emociones, pensamientos e, incluso, sentimientos. Si aprendemos a gestionar de manera correcta esta faceta de nuestra vida, seremos más rentables en términos no solo empresariales, sino humanos.


Seamos optimistas, aprendamos a vivir, ¡a respirar!, y todo lo demás, nos vendrá por añadidura. Ser felices es una cuestión de elección.


“Sólo de ti depende si, haciendo lo que debes, tú mismo te vas a realizar o perderás la oportunidad de autorrealización. A ti te está prescrita la autorrealización, y sólo tú mismo eres su autor. De ti mismo dependes, a ti mismo te sitúas, a ti mismo te dominas, a ti mismo te posees (…). Nadie te robará a ti mismo, pero tú mismo puedes robarte”. Tadeusz Styczen.



Vicente Calatayud

1 comentario:

  1. Hasta el momento, por lo que yo llevo vivido, es una utopía si queremos contemplar esta afirmación globalmente, aunque cada uno podemos aportar algo al respecto.

    Es frustrante ver como personas, en sus primeros días de trabajo, incluso con la alerta de quien pisa terreno desconocido, esbozan sonrisas ante lo nuevo.

    Poco a poco las sonrisas se van marchitando, dando paso a miradas dirigidas hacia el vacío.

    Y finalmente se pasa a la rabia, a la impotencia, a sentirse manipulado y a dejar de creer en valores y principios que con tanta fuerza la empresa afirmaba tener.

    Aún en medio de ese desencanto, las personas responden a quien le hace partícipes de algo.

    Porque aunque estén maltrechos en su afán de aportar algo de sí mismos en su trabajo, la persona sigue reaccionando hacia el estímulo del calor humano.

    La personas queremos ser escuchadas, queremos ver que nuestras ideas son tomadas en cuenta, queremos en definitiva ver que nuestro esfuerzo sirve para algo.

    Las empresas se basan en beneficios materiales, y se apuntan el tanto de ser buenos gestores de sus recursos humanos. Pero, mientras no reconozcan que sus trabajadores son el valor más alto de la empresa, nunca lo serán.

    A nivel personal, todos podemos aportar algo. A las buenas personas hay que cuidarlas.

    Una sonrisa, un saludo, involucrar a las personas en un proyecto, dar las herramientas necesarias para trabajar.. apoyarles y reconocerles sus progresos porque son parte activa del mismo.

    Vamos a crear un habito, una costumbre..que no sea extraño que te traten como una persona.

    Nunca se obtendrá un buen rendimiento de una persona si se trata como una máquina.

    Lali Vilas

    (Gracias Lali por tu participación). BESOS.

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